La moda de las boutiques de pan llega a las franquicias

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Publicado el 10.08.2018

Franquicia panadería

Las franquicias de panaderías son un claro ejemplo de negocio tradicional que se ha sabido actualizar para ofrecer al consumidor de hoy un producto renovado y una diversidad que atrae la atención de los más curiosos, con alternativas para todos los gustos.

Tanto en panes como en bollería, el consumidor puede elegir entre opciones más saludables o en línea con determinados tipos de dieta, pero no por ello menos sabrosas, hasta aquellas destinadas a los que buscan sabores intensos y texturas de las de siempre.

Y todo ello, sin perder la perspectiva que hace atractivo este tipo de negocios: la ancestral tradición del pan.

Otro gancho que no pasa desapercibido al ojo del inversor que opta por una franquicia de panadería, es que este tipo de negocios se basan en un producto básico en cualquier dieta, encontrándose el pan y los cereales en la base de la pirámide alimenticia. 

La experiencia de compra, fundamental en una franquicia de panadería

Uno de los grandes logros de las franquicias de panaderías es el ambiente que, en la mayoría de los casos, saben crear y recrear.

Suelen ser espacios amplios, con zona para la exposición de los productos, normalmente dispuestos como en las antiguas panaderías pero con soluciones de diseño y elementos decorativos actuales.

Son auténticas boutiques del pan, un deleite para los sentidos, no solo de los golosos, sino también de todos aquellos que quieren disfrutar de variedad a un buen precio.

El precio es, de hecho, determinante para lograr el éxito en una franquicia de panadería. Los productos que se comercializan en estos establecimientos tienen una calidad bastante aceptable, sobre todo, teniendo en cuenta el precio de venta al cliente final.

Naturalmente, ese ticket no se podría alcanzar si, de forma previa, los costes no se hubieran ajustado al máximo, mediante ventajosos acuerdos con proveedores y, por supuesto, estandarizando los procesos de producción.

De hecho, si la moda de las boutiques de pan ha llegado a las franquicias es, precisamente por eso, porque se ha podido duplicar o replicar un modelo de negocio previo y esto no hubiera sido posible si los procesos no se hubieran normalizado previamente.

Y es que, si el producto se tuviera que hornear desde cero en cada establecimiento, el resultado final variaría mucho de un local a otro de la misma marca, lo cual es diametralmente opuesto a lo que se trata de lograr en una franquicia y que pasa por lograr la homogeneidad de todos los productos de la marca y unos mínimos de calidad impuestos por la propia central de franquicia.

Pero, además, los tiempos, los recursos, tanto humanos como de materias primas, todo, se incrementaría hasta unos baremos que, en la mejor de las opciones, reducirían la rentabilidad de los puntos de venta y que, en los casos más extremos, lastrarían el negocio completamente, abocándolo al fracaso.

Para llevar y tomar

Un punto más a favor de una franquicia de panadería es que estamos ante un negocio mixto, donde no solo se despachan productos, sino que también ofrece un espacio para degustar la bollería del establecimiento, acompañándolo con un café, zumo o cualquier otra bebida caliente o fría. A este respecto, además, las franquicias de panaderías suelen adaptar su carta a la época del año, encontrando en los meses de más calor granizados, smoothies y todo tipo de alternativas estivales.

Añadido a todo lo anterior, las marcas de boutiques de panaderías suelen diseñar su estrategia de venta en base a llegar al mayor espectro posible de públicos cubriendo a su vez, una amplia franja horaria. Para ello, han sabido adaptar con acierto su oferta, incluyendo en la carta opciones tanto a los más pequeños, como para las personas de más edad, y ofreciendo desayunos ejecutivos, meriendas divertidas o almuerzos para llevar.

Pero además, no serían negocios completamente acordes a los nuevos tiempos si no tuvieran en cuenta y atendieran a las diferentes alergias e intolerancias, tan frecuentes hoy.

Por lo tanto, estamos ante negocios bien diseñados y desarrollados que, además de pensar en el paladar, están muy enfocados a lograr una rentabilidad interesante para todos aquellos que decidan apostar por montar una franquicia de panadería.

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