Cómo funciona una franquicia en España

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Publicado el 16.05.2018

Cómo funciona una franquicia en España

Para saber cómo funciona una franquicia en España, lo primero a lo que debemos atender es al hecho de que estamos ante un modelo europeísta. Es decir, no es lo mismo una franquicia en España y, en general, en Europa, que en EEUU.

En EEUU, para considerar que existe una franquicia, basta con que se comercialice un producto o servicio bajo un rótulo común. En España, somos más exigentes en este sentido y para determinar que estamos ante una franquicia, es necesario que además de que la marca comercialice un producto o servicio bajo un sello común, además es necesario que haya una serie de procedimientos y una operativa propia de esa marca, y elementos relacionales entre la central de franquicia y las unidades franquiciadas, que son precisamente lo que confiere a una red la consideración de franquicia.

Aspectos claves en el funcionamiento de una franquicia en España

Sobre esa base, ya sí podemos hablar de cómo funciona una franquicia en España. Lo más importante es saber que toda red de franquicia, se asienta sobre dos pilares fundamentales: el franquiciador y el franquiciado. A partir de ellos, se establece una relación contractual (mediante el contrato de franquicia) y una relación intuito personae, es decir, entre personas; al margen de que detrás de la persona del franquiciado exista una figura societaria, es decir, se pueda crear una sociedad, una empresa.

Mediante esa relación, el franquiciador aportará la marca bajo la que operará el franquiciado. Pero ¡ojo!, solo el derecho de uso de la marca, la cual seguirá perteneciendo siempre al franquiciador. Igualmente, el franquiciador trasladará a todos los franquiciados, su saber hacer, ese know how atesorado durante años de experiencia al frente de su negocio. Igualmente, el franquiciador deberá  suministrar el producto al franquiciado, o procurar el suministro de los productos a través de una serie de proveedores homologados por la central.

Por otra parte, el franquiciador deberá aportar asistencia y apoyo continuos a sus socios. Este hecho es muy significativo a la hora de explicar cómo funciona una franquicia en España, ya que no se entendería una relación de franquicia sin continuidad en esa relación. El factor continuidad es fundamental si queremos que nuestra franquicia permanezca en el medio y largo plazo.

Además de todo lo anterior, para que funcione bien la franquicia, el franquiciador deberá formar a todos sus franquiciados. Deberá formarles previamente al inicio de la actividad, luego deberá comprobar que esa formación se ha comprendido adecuadamente mediante el apoyo en el momento de la inauguración, así como días antes y después; y por último, todo ese conocimiento deberá ir reciclándose periódicamente, por lo que también deberá impartirse una formación continua a lo largo de la vida de la unidad franquiciada.

Pero para explicar bien cómo funciona franquicia en España y, en general, en Europa, no podemos olvidar las obligaciones que tiene la otra parte, el franquiciado, y que completan esta panorámica del sistema de franquicia.

Como cualquier otro empresario independiente, el franquiciado deberá aportar la inversión necesaria para la puesta en marcha del negocio, y la gestión posterior a esta. Pero además, en contraprestación por todo lo que le ha transferido la central, tendrá que tener hacia esta una contraprestación económica. Y aquí es donde entran en juego los diferentes cánones que una marca puede exigir a sus socios y que son tres: canon de entrada, canon de mantenimiento y canon de publicidad.

Capítulo aparte merecerían estos pagos recurrentes al franquiciador. Señalaremos, únicamente, que todos deberían estar justificados por la actividad desarrollada por la central en beneficio de los franquiciados, y que equilibran la relación, además, por supuesto, de hacerque al franquiciador le merezca la pena expandir su marca bajo este sistema de comercio asociado.

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