Historia de las franquicias, ¿cuál fue la primera?

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Publicado el 03.08.2018

Analizando la historia de las franquicias, una de las primeras enseñas en franquiciar y que siguen en proceso de expansión es Mc Donalds

Para conocer la historia de las franquicias, hay que remontarse al siglo XI, donde se utiliza por vez primera para eximir a determinadas personas del pago de impuestos y la concesión de determinados derechos, no es hasta el siglo XIX cuando se comenzó a utilizar como una fórmula comercial para hacer frente al aumento de demanda de cerveza debido al crecimiento y desarrollo de las ciudades.

En los orígenes de esta fórmula de colaboración empresarial, se debe citar a la empresa de máquinas de coser “Singer”, que en 1850 inició acuerdos de colaboración similares a la franquicia para la venta de sus máquinas.

Su inicio, sin embargo, se puede fijar en Estados Unidos tras la crisis del 29, como reacción a las leyes “antitrust” que prohibían a las fábricas de automóviles tener a sus propios vendedores. Así, “General Motors” se asoció con revendedores que distribuyeran sus productos, creando el primer modelo de colaboración en franquicia.

A nivel europeo, la franquicia se introduce desde Francia con el fabricante de lanas “Pingouin”, asociando a un número de comerciantes independientes a los cuales, mediante un contrato, se les garantizaba la exclusividad de la marca en un área geográfica concreta.

Como consecuencia del auge económico posterior a la Segunda Guerra Mundial, se desencadenó un desarrollo masivo del sistema de franquicia. Se conjugó el interés de las empresas en una rápida expansión por todos los mercados con la necesidad de pequeños inversores e inmigrantes que luchaban por obtener un medio de vida.

En estos años surgen los que luego serán gigantes en el sector del fast-food (como McDonald’s y Burger King), y otros muchos conceptos que multiplicaron los establecimientos franquiciados por todo el territorio estadounidense.

De igual modo, en Europa comienza a desarrollarse en toda su plenitud el Sistema de Franquicia.

La historia de las franquicias es una evolución del comercio minorista

La definición de franquicia, según el Código Deontológico Europeo, es la de un sistema de comercialización de productos y/o servicios y/o tecnología, basado en una colaboración estrecha y continuada entre empresas legal y financieramente distintas e independientes, el franquiciador y sus franquiciados individuales, por el cual el franquiciador concede a sus franquiciados individuales el derecho e impone la obligación de llevar un negocio de conformidad con el concepto del franquiciador.

Si analizamos la historia de las franquicias, vemos que son una clara evolución del comercio minorista que se ha desarrollado aprovechando la fuerza de negociación que como red tienen todos los agentes implicados, beneficiando al conjunto en general, y a cada una de las unidades operativas en particular. El pequeño comercio ha profesionalizado su gestión para crecer y tener éxito como comerciantes profesionales.

Este derecho faculta y obliga al franquiciado individual, a cambio de una contraprestación económica, directa o indirecta, a utilizar:

-El nombre comercial y/o la marca de productos y/o servicios.

-El “know-how” o “saber-hacer”.

-Los métodos técnicos y de negocio.

-Los procedimientos.

-Otros derechos de propiedad industrial y/o intelectual del franquiciador.

Todos ellos apoyados en la prestación continua de asistencia comercial y técnica, dentro del marco y por la duración del contrato de franquicia escrito, pactado entre las partes a tal efecto.

Por lo tanto, el franquiciado es dueño de su propio negocio, llevando a cabo su actividad con el nombre, marca y concepto del franquiciador, beneficiándose del conocimiento y experiencia de este.

La relación franquiciador-franquiciado, piedra angular

La base de toda franquicia es la relación que se establece entre franquiciador y franquiciado. Pero, ¿qué papel juega cada cual?.

El franquiciador es la persona física o jurídica que, tras haber experimentado en su empresa un concepto de negocio determinado, decide transmitirlo a otro que se denomina franquiciado.

Es, además, propietario de las marcas y conocedor del “know-how” o “saber-hacer” (conocimientos prácticos fruto de la experiencia) objeto del negocio que transferirá a los franquiciados que se adhieran a la cadena.

Por su parte, el franquiciado es la persona física o jurídica que recibe el derecho de utilización de las marcas y la formación precisa para que pueda establecer su propio negocio, de acuerdo a un sistema probado y rentable.

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