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En la actualidad hay un sinfín de negocios que no requieren una gran inversión. Están especialmente pensados para emprendedores jóvenes o con poco capital, o para aquellos que buscan crear su propio empleo. De hecho, en el mundo de la franquicia hay muchos ejemplos de esta clase de negocios para emprendedores con poco capital. Destacan las cadenas cuyas oficinas o puntos franquiciados pueden ponerse en marcha por menos de 25.000 euros. En el extremo de la lista se encuentran negocios que prestan servicio a empresas y particulares y que pueden desarrollarse con un capital de 3.000 euros.
Generalmente, este tipo de empresas van a exigir un perfil comercial al frente del negocio puesto. Por lo general se trata de servicios que los propios franquiciados van a tener que comercializar. En ocasiones, es la central la que surte de potenciales clientes a las franquicias. De esta forma, canalizan las operaciones hacia las distintas oficinas franquiciadas. En cualquier caso, suele ser un plus que sea el franquiciado quien gestione el día a día de la franquicia. Sin embargo, no puede delegar esta tarea en terceras personas, mucho menos implicadas y comprometidas en elevar las cifras de facturación de la unidad u obtener el máximo rendimiento de la misma.
Son ideas de negocio para emprendedores que buscan rentabilidad, autoempleo y, sobre todo, bajo riesgo. No todo el mundo tiene un gran capital para invertirlo. Por esta razón, estos negocios con poca inversión o negocios rentables con poco capital, son una alternativa para perfiles comerciales y dispuestos a implicarse en la gestión diaria de la unidad franquiciada. Asesorías, administración de fincas, bufetes de abogados o corredurías de seguros, son algunos de los ejemplos de empresas que pueden ponerse en marcha con una inversión reducida. Y todas ellas suelen presentar un plan de negocios para emprendedores atractivo y cuyas cuentas de explotación tienen un gran atractivo para sus posibles franquiciados.
Otra gran baza que suelen ofrecer este tipo de negocios de baja inversión es que no precisan de un elevado número de empleados. A veces incluso, el franquiciado puede gestionar y desarrollar la actividad solo. O el franquiciado y una persona de apoyo. Este aspecto supone también una ventaja ya que elimina un gasto importante, pues la partida presupuestaria destinada a los salarios de los empleados suele ser la más elevada junto con la del alquiler.
Sin local o con local pero sin necesidad de que esté ubicado en una situación Premium, gestión sencilla, poco personal.., todos son aspectos que redundan en un rápido retorno de la inversión.
Es cierto que este es un punto muy positivo. Sin embargo, para el desarrollo de algunas actividades se precisa un cierto nivel de conocimientos técnicos que hace que no todo el mundo pueda ser franquiciado de sus marcas. En la mayoría de los casos es el franquiciador el que forma a los franquiciados. De hecho, en muchos casos se prefiere que estos vengan sin conocimiento o vicios adquiridos. Sin embargo, no siempre es posible ser lego en la materia que se va a desarrollar.
Cuando esto sucede, el perfil del franquiciado se va a mirar con mayor detenimiento y no va a ser posible incluirlo en la red sin que traiga esas destrezas técnicas “de serie”. En cualquier caso, el campo para emprender es amplio y ofrece múltiples alternativas para elegir. Existen negocios para emprendedores jóvenes de diferentes sectores, pero también hay que estudiar el nivel de inversión. Por último, pero no menos importante hay que decidir el tipo de actividad que nos interesa. Además, debe ser el franquiciado el que tras realizar un riguroso estudio del mercado de la franquicia, elija aquella que mejor case con su nivel de inversión y, por supuesto, con sus gustos y preferencias.