Cómo desarrollar un proyecto de franquicia

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Publicado el 04.03.2015

Tal y como hemos comentado anteriormente, la franquicia es una fórmula de comercio que debe cumplir una serie de requisitos para ser considerada como tal; esto es, que exista una verificación del modelo en unidades piloto, una relación entre franquiciador y franquiciado, que sea un concepto empresarial probado, que exista transmisión de saber, un apoyo al franquiciado y un control de la red.

Todas estas características, intrínsecas al modelo, deben ser tenidas en cuenta cuando un empresario o una firma se plantean crear una franquicia. Esencialmente, la franquicia es la duplicación de un negocio (McDonald’s tiene la misma imagen y casi idéntico producto tanto en Nueva York como en Lima) por lo que no se puede franquiciar una idea, un negocio que no se haya probado o que no sea rentable o un concepto que no tenga un valor añadido (know how) que ofrecerle a sus futuros franquiciados.

 

La viabilidad de un negocio en el sistema de franquicia viene determinada en el Proyecto de Diseño y Desarrollo (PDD). Este documento es el cimiento de cualquier proyecto de franquicia pues en él se plasman las claves para establecer la duplicidad del modelo de negocio. En el PDD se define, esencialmente, cómo crear una franquicia: se perfilan las condiciones económicas para franquiciado y franquiciador, la inversión, la facturación de las unidades, los márgenes, etc y se sabrá, en definitiva, si ese proyecto es viable en franquicia y, en caso de ser positiva la respuesta, en qué condiciones lo será. El diseño es vital para determinar la rentabilidad de la franquicia, tanto para el franquiciador como para el franquiciado. Este aspecto es esencial para perdurabilidad de la red ya que una franquicia que sólo sea rentable para el franquiciador tendrá las patas o la expansión muy corta.

La siguiente fase para crear una franquicia es la documental compuesta por los Manuales Operativos del Sistema, el contrato de franquicia y el dossier de captación de franquiciados.  Los Manuales Operativos del Sistema (MOS) se dividen a su vez en Manual Procedimental (donde se establecen las pautas operacionales del negocio y que el franquiciado debe seguir en la gestión diaria del negocio), Manual Relacional (que contiene todos los aspectos que detalla la relación entre franquiciador y franquiciado, propios de un sistema asociado y que no existirían en un negocio independiente) y el Manual de Calidad y Atención al Cliente (que recoge las normas de comportamiento y los estándares de calidad orientadas al cliente).

Por su parte, el contrato de franquicia es también muy importante a la hora de crear una franquicia ya que estipula la relación legal que regirá entre franquiciador y franquiciado durante la vigencia del mismo. La duración de los contratos de franquicia más habitual es de cinco años y en él se establece una relación “intuito personae” ya que son dos personas, el franquiciador y el franquiciado, quienes se obligan y responden.

Por último, la importancia del dossier de captación, también incluido como el contrato en la fase documental, reside en que es la primera referencia que el potencial franquiciado recibe de la empresa. En él, el franquiciador presenta al candidato el modelo de franquicia y perfila, sucintamente, alguna de las claves del negocio de forma comercial para que el interesado quiera proseguir las conversaciones.

Una vez finalizados el diseño y la base documental, la franquicia comenzaría su fase de expansión en franquicia; es decir, su comercialización y salida al mercado. Para llegar a este fase, el empresario debe ser muy meticuloso para crear la franquicia ya que, por muy bien que vaya la expansión, si la base está mal, esa red de franquicia estaría condenada al fracaso más pronto que tarde.

Autor: Barbadillo y Asociados

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